Este mundo es el cadáver de lo que en algún momento pudo llegar a ser. Una ilusión lotófaga. Una costilla que aún respira.
El arte NO puede ser otra cosa. Es un cadáver que forma representaciones cadavéricas de nuestra "realidad".
Es un cadáver, como el caso de la poesía, que si no la vestimos adecuadamente, saldrá ese maldito hedor, que la revelará como la técnica más podrida dentro de las técnicas en pudrición.